Post na sequência de outro aqui publicado.
Ricardo Moreno Castillo é professor de Matemática do Ensino Secundário e professor convidado da Universidade Complutense de Madrid. Crítico destacado do sistema educativo espanhol, escreveu um panfleto - Panfleto antipedagógico - e um livro - De la buena y la mala educación - onde discute as ideias políticas vigentes para o ensino e para a aprendizagem.
Reproduzimos abaixo um texto da sua autoria, publicado no jornal El País, em 4 de Dezembro de 2008, intitulado Algunos males del sistema educativo.
"Un nuevo curso en marcha y estamos como siempre. Desde la reforma introducida por la LOGSE, el sistema educativo español hace agua por todas partes. Los resultados del Informe PISA, que sólo han sorprendido a los ingenuos, han dado lugar a reacciones de lo más variopintas. Unos opinan que la causa del bajo nivel de nuestros estudiantes está en los cambios sociales, otros en la presencia de inmigrantes, y otros en la poca formación de los padres. También hay quienes dicen que la cosa no es para tanto, y que las estadísticas hay que interpretarlas correctamente. Pero a nuestras autoridades educativas ni se les ocurre la posibilidad de que la causa pueda estar en una mala ley de educación. Eso ni se plantea, y la ministra del ramo sigue cantando alegremente las excelencias de nuestro sistema educativo.
En primer lugar, ¿hacían falta los datos que ofrece PISA para caer en la cuenta de nuestro desastre educativo? ¿Es que no podemos ver la realidad hasta que esté traducida en gráficos y estadísticas? Que la famosa reforma educativa es un disparate ya lo llevamos denunciando algunos desde hace tiempo (lo cual, por cierto, nos ha valido ser tachados de fascistas, reaccionarios y nostálgicos), y para ver por qué es un disparate no hace falta esperar a que los sociólogos de la educación hagan sus estadísticas y sus informes, basta con abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor.
Hay alumnos que acaban la Educación Secundaria Obligatoria incapaces de operar con decimales, ignorando cosas muy elementales de geometría y, en algunos casos, sin saber la tabla de multiplicar. En muchas facultades de ciencias ha sido necesario implantar un curso cero, que se imparte durante septiembre, donde se enseñan cosas que antes sabía un estudiante corriente de 14 años. Y la necesidad de este curso no se hizo patente hasta que llegaron los primeros alumnos procedentes de la reforma. Que el gamberrismo e indisciplina en los institutos ha subido hasta cotas alarmantes es algo del dominio público, y del descenso del nivel de madurez de nuestros estudiantes hay pruebas cotidianas. No es insólito que un "niño" vaya con su mamá a matricularse a la facultad, y se han dado casos de alumnos universitarios que han ido a la revisión de notas acompañados de sus padres.
A propósito de todo esto, importa mucho aclarar una cosa: si los efectos de la reforma no son todavía más desastrosos, es porque los profesores hacemos bastante más de lo que estrictamente nos corresponde. E importa mucho aclararlo porque también hay quienes achacan el fracaso de nuestro sistema educativo a los profesores, "que no hemos sabido adecuar nuestra mentalidad a los nuevos tiem-pos". Los alumnos llegan a primero de Bachillerato (que empieza a los 16 años) ignorando cosas muy básicas pero indispensables para seguir las asignaturas de matemáticas, de física o de latín. Cumpliendo rigurosamente con su deber, un profesor tendría que empezar por el primer tema dando por sabido todo lo que los alumnos tienen que saber. Y los que no lo sepan, que reclamen a la señora ministra, que mantiene un sistema que concede el título de ESO a quien no lo merece.
Afortunadamente, no hacemos así, porque los alumnos son las víctimas del sistema, no los culpables, y casi todos los profesores, la mayoría de los que conozco, nos demoramos explicando cosas que no tenemos ya obligación de explicar en ese nivel. Si los docentes hiciéramos una huelga de celo, cumpliendo estrictamente con nuestras obligaciones pero nada más, el sistema se hundiría en muy poco tiempo. Por ello, la acusación de que los profesores no hemos sabido adaptarnos a la nueva situación es injusta, y también interesada, porque es otra manera más de los creadores del despropósito de eludir sus responsabilidades.
Los defensores de nuestro sistema educativo sostienen que, con todos sus defectos, consiguió escolarizar a todo el mundo. ¿Pero qué significa realmente "escolarizar"? Si un alumno está en una clase sin enterarse de nada porque tiene varias asignaturas pendientes del curso anterior, no está escolarizado, está encerrado entre cuatro paredes. Quien llega al final de la ESO redactando mal y escribiendo con faltas de ortografía, no ha estado escolarizado, ha estado encerrado entre cuatro paredes. Si un alumno quiere aprender pero no puede porque se lo impide el alboroto de algunos compañeros, no está escolarizado, está encerrado entre cuatro paredes. Un lugar donde los derechos de quienes no quieren aprender están más protegidos que los derechos de quienes sí quieren, sólo por abuso de lenguaje puede ser llamado centro educativo. Con el sistema anterior los alumnos acababan la enseñanza obligatoria a los 14 años mejor preparados que los que la acaban hoy a los 16. Que en más años se obtengan peores resultados no parece precisamente un progreso.
Entre los males de nuestro sistema está la proliferación de unos presuntos expertos que, usando un discurso vacío, están empeñados en intervenir en la formación de los docentes. Algunos de ellos son profesores de instituto que han desertado de la tiza y aprendido la jerga pedagógica. No tienen que soportar las consecuencias de sus propias teorías, pero se dedican a dar cursillos a quienes seguimos dando clase. Otros son profesores de Universidad, que jamás han trabajado con alumnos de instituto, pero que hablan del tema con el atrevimiento propio de los ignorantes."
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7 comentários:
"Entre los males de nuestro sistema está la proliferación de unos presuntos expertos que, usando un discurso vacío, están empeñados en intervenir en la formación de los docentes. Algunos de ellos son profesores de instituto que han desertado de la tiza y aprendido la jerga pedagógica. No tienen que soportar las consecuencias de sus propias teorías, pero se dedican a dar cursillos a quienes seguimos dando clase. Otros son profesores de Universidad, que jamás han trabajado con alumnos de instituto, pero que hablan del tema con el atrevimiento propio de los ignorantes."
Sem tirar nem pôr no caso Português, o eduquês e o pós modernismo no seu melhor!
Lá como cá.
Este Ricardo Moreno Castillo é claramente um retrógrado anti-eduquês. Só pode ser...
Ainda se estas coisas se dissessem apenas em espaços restritos: como a rua, as praças, os autocarros, os cafés, os corredores da própria escola, etc. Agora assim, entre gente ilustre...
Que maçada!
Lá como cá, a angústia dos professores cresce na proporção inversa do declínio da aprendizagem. A resignação começa a tomar conta dos docentes responsáveis que todos os dias se sentem encurralados entre quatro paredes, como os alunos. Os culpados deveriam responder por crime de lesa pátria. Sacrificam os filhos dos pobres em nome das estatísticas europeias e colocam os seus filhos a salvo, em colégios onde o eduquês fica à porta.Até quando os pais deste país tolerarão isto?
Texto excelente e mais um a apontar o dedo ao lobby das "ciências" da educação.
O problema é que a venda da banha da cobra dá imensos votos e como tal, o discurso deste lobby é música para os ouvidos dos políticos... e como os filhos de uns e de outros não frequenta a escola dos filhos dos outros tudo fica como uma boa parte do eleitorado quer, ou seja... não uma escola, mas um centro de guarda e entretenimento de crianças e jovens!
“Si un alumno está en una clase sin enterarse de nada porque tiene varias asignaturas pendientes del curso anterior, no está escolarizado, está encerrado entre cuatro paredes. Quien llega al final de la ESO redactando mal y escribiendo con faltas de ortografía, no ha estado escolarizado, ha estado encerrado entre cuatro paredes. Si un alumno quiere aprender pero no puede porque se lo impide el alboroto de algunos compañeros, no está escolarizado, está encerrado entre cuatro paredes. Un lugar donde los derechos de quienes no quieren aprender están más protegidos que los derechos de quienes sí quieren, sólo por abuso de lenguaje puede ser llamado centro educativo.”
Os alunos não podem continuar a saltar patamares de aprendizagem, pois para além de termos uma escolaridade enganadora, os alunos são os principais prejudicados.
Esta é uma luta que tem que ser travada logo desde o primeiro ciclo, tratando o que é diferente de forma diferente, renunciando de uma vez por todas à demagogia de que é possível aplicar o mesmo currículo no mesmo tempo e da mesma forma, a uma turma de 28 alunos.
Não podemos estar sistematicamente a corrigir erros à posteriori, serão sempre mais dispendiosos e de mais difícil êxito.
Os professores serão capazes de inverter este rumo desde que se criem condições mínimas de operacionalidade, não sendo sempre o custo financeiro o factor determinante para promover aprendizagens reais.
Acompanho e partilho os posts de Helena Damião, são sempre motes para boas discussões.
Mais Castillo:
aqui.
Aleluia, "Os alunos são as vítimas, não os culpados"
HR
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